Formas de ayudar a tu hijo a dejar el chupete

Es posible que tengas que probar y equivocarte para saber qué método de abandono del chupete le va a venir bien a tu hijo. El chupete puede ser un salvavidas para los padres primerizos. Una vez introducido en la pequeña (pero increíblemente ruidosa) boca de un recién nacido, cesan los gritos desgarradores y se restablece la paz en el hogar, todo un milagro, ¿verdad?

Desgraciadamente, todo lo bueno tiene un final, y cuando el recién nacido se transforma en un niño pequeño delante de sus ojos y empieza a exigir el chupete las 24 horas del día, a menudo masticándolo en lugar de chupándolo, y produciendo un flujo incesante de babas, puede que sea el momento de dejar de lado el chupete.

Si tu hijo pequeño o preescolar sigue siendo reacio a abandonar su manta de seguridad bucal, no desesperes: hay un sinfín de trucos que nos envía suavinex para que renunciar al "chupete" sea un poco más fácil, tanto para ti como para tu hijo mayor.

Prueba el enfoque lento y constante

Al igual que con cualquier otra adicción (física o psicológica), la mejor forma de tratar la dependencia del chupete de su hijo es quitárselo poco a poco. Esto puede hacer que el proceso sea un poco más fácil, tanto para usted como para su hijo, aunque lleve un poco más de tiempo que otros métodos.

No hacer nada

El método probado para convertir a su hijo pequeño en un niño grande e independiente, el "síndrome de abstinencia", es eficaz, pero requiere una gran dosis de paciencia y determinación por su parte. Simplemente retira el chupete y no se lo devuelvas, por mucho que tu hijo te lo pida, suplique y grite. Manténgase firme y, en una o dos semanas (¡o quizás menos!), usted y su hijo se liberarán del chupete de una vez por todas.

Apela a la simpatía de tu hijo

Siempre que no te importe decir una pequeña mentira piadosa, apelar a la simpatía de tu hijo puede funcionar. Simplemente dile que los chupetes son para los bebés y que, como ya es un niño grande, está en la posición perfecta para hacer una donación benéfica a un bebé que lo necesite.

Corta el chupete

Corta el extremo del chupete con unas tijeras. A continuación, explícale que el chupete está roto y que hay que tirarlo (no se lo devuelvas porque puede provocar que se ahogue). Si el niño es lo suficientemente pequeño como para no exigir un viaje a Wal-Mart para conseguir un chupete de repuesto, este método puede funcionar.

No le ofrezca el chupete

A medida que tu hijo crezca y deje de necesitar el chupete como elemento tranquilizador, deja de ofrecérselo. También puedes limitar el uso del chupete, por ejemplo, sólo en la cuna o en la cama. Si tienes suerte, es posible que se olvide de él durante periodos de tiempo cada vez más largos, destetándose de forma efectiva.

Limita la cantidad de chupetes en casa

Muchos padres cometen el error de abastecerse de chupetes porque suelen extraviarse. Una vez que tu hijo sea lo suficientemente mayor como para prescindir de él (a menudo entre los 12 y los 18 meses), explícale que ya no vas a comprar recambios, y que cuando se acaben, se acabarán. Y punto.

Cada niño es diferente, y no se puede garantizar que todos estos métodos funcionen para todos los niños. Es posible que tengas que probar y equivocarte para descubrir qué método para dejar el chupete funcionará para tu pequeño. Sin embargo, con un poco de paciencia y determinación por su parte, seguro que su hijo dejará de usar el chupete a tiempo para el jardín de infancia (con suerte).

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